La música es una parte esencial en la
vida del ser humano y la respuesta hacia ella se encuentra en nuestro cerebro. El efecto
que tiene la música en nuestro cuerpo es increíble. Aumentan la energía
muscular y molecular; influencian el latido del corazón; alteran el
metabolismo; reducen dolores; aceleran la recuperación de pacientes enfermos;
ayudan en la descarga de emociones; estimulan la creatividad, la sensibilidad y
el pensamiento. La música tiene efectos infinitos en nosotros y todo es gracias
a la respuesta del cerebro hacia
ella.
No hay sociedad en el mundo que no
produzca y escuche música. Los instrumentos más antiguos son flautas hechas de
hueso y accesorios para percusiones, con más de 30 mil años de antigüedad,
aunque creo que nuestro cuerpo ha servido de instrumento así como los sonidos
de la naturaleza. Los medios para producirla han cambiado con el paso del tiempo
y gracias a la tecnología, pero nuestra adicción a esta expresión artística
sigue y seguirá viva ya que los seres humanos tenemos una gran necesidad de la
música.
El Cerebro y la Música
El Cerebro
Corteza Motora
Movimientos, baile y ejecución de
instrumentos.
Corteza Sensorial
Retroalimentación táctil al tocar un
instrumento o bailar.
Corteza Prefrontal
Expectativas: anticipación de tonos y
ritmos en una melodía.
Corteza Auditiva
Percepción y análisis de tonos.
Cerebelo
Reacciones emocionales a la música.
Corteza Visual
Reacciones emocionales a la
música.
Varias áreas
del cerebro relacionadas con los movimientos y la
coordinación o el cuerpo que conecta a los dos hemisferios es mucho más grande
en los músicos que en personas que no lo son. Comparado con la larga historia
de investigación del idioma, el descubrimiento de los logros de la música en el
ser humano son completamente nuevos.
El cerebro tiene la cualidad que varios científicos llaman "neuroplasticidad", la cual permite que, en casos de trauma o lesión cerebral, las funciones de una región especifica sean temporales. Así se establecen nuevas conexiones neurológicas que consiguen que el cerebro se recupere. Se estima que esta condición también transforma los cerebros de los músicos a fuerza de practicar una y otra vez su actividad. Se ha observado que su cerebro tiene más materia gris en comparación con los no músicos, y que su cerebro es más grande. Aquellas personas que comienzan su entrenamiento musical antes de los siete años tiene un cuerpo calloso, las fibras nerviosas que comunican el hemisferio izquierdo con el derecho, más grande que el de aquellos que comienzan a estudiar después.
Existen muchos estudios que han demostrado que la música realmente afecta nuestro cerebro de una manera positiva. La investigación científica sobre los efectos neurológicos y de desarrollo de la música han fascinado a educadores y a los papás, dándoles la posibilidad de mejorar el aprendizaje de los niños. Esta apreciación musical comienza desde bebés, a los dos meses de edad ya pueden cantar e igualar estructuras rítmicas y me atrevería a decir que comienzan escuchando música desde el vientre materno, con sonidos como del corazón, la sangre, la respiración, incluso sonidos externos. Al bebe le relajan todo este tipo de sonidos. Está altamente comprobado y recomendable que las madres, escuchen música sirve para la tranquilidad del bebé.
El cerebro tiene la cualidad que varios científicos llaman "neuroplasticidad", la cual permite que, en casos de trauma o lesión cerebral, las funciones de una región especifica sean temporales. Así se establecen nuevas conexiones neurológicas que consiguen que el cerebro se recupere. Se estima que esta condición también transforma los cerebros de los músicos a fuerza de practicar una y otra vez su actividad. Se ha observado que su cerebro tiene más materia gris en comparación con los no músicos, y que su cerebro es más grande. Aquellas personas que comienzan su entrenamiento musical antes de los siete años tiene un cuerpo calloso, las fibras nerviosas que comunican el hemisferio izquierdo con el derecho, más grande que el de aquellos que comienzan a estudiar después.
Existen muchos estudios que han demostrado que la música realmente afecta nuestro cerebro de una manera positiva. La investigación científica sobre los efectos neurológicos y de desarrollo de la música han fascinado a educadores y a los papás, dándoles la posibilidad de mejorar el aprendizaje de los niños. Esta apreciación musical comienza desde bebés, a los dos meses de edad ya pueden cantar e igualar estructuras rítmicas y me atrevería a decir que comienzan escuchando música desde el vientre materno, con sonidos como del corazón, la sangre, la respiración, incluso sonidos externos. Al bebe le relajan todo este tipo de sonidos. Está altamente comprobado y recomendable que las madres, escuchen música sirve para la tranquilidad del bebé.
Escuchamos música con nuestro cuerpo, a menudo sentimos la música con nuestras emociones, podemos llorar o reír. Un escritor llamado Howard Gardner, en su libro "Estructuras de la Mente", cree que si los científicos pudieran explicar la música, podrían encontrar la clave para todo el pensamiento humano. Existen momentos apropiados para escuchar música en el proceso de aprendizaje así como también existe momentos para estar en silencio. La música también ayuda al cortejo humano, permite la cohesión social y esto contribuye a formar asentamientos humanos y de esta manera la supervivencia de la especie. Estos fenómenos no sólo funcionan con el ser humano sino también con los animales como los pájaros, ballenas, ranas y muchos más que utilizan la música como medio de comunicación.
Hay varios aspectos involucrados en la música: físicos, como la vibración en el aire que produce sonidos que captamos como música; psicológicos, que tiene que ver con nuestra experiencia al escuchar música y la conciencia al hacerlo; motrices, al cantar, tocar un instrumento o bailar; simbólicos, por la representación mental que hacemos de la música; ambientales, por el espacio y tiempo en que realizamos el acto de escucharla o tocarla; culturales, que tienen que ver con los estilos y tradiciones; y, por supuesto los neurofisiológicos, por la actividad cerebral que se opera al escuchar música. Como vemos es una combinación de procesos tanto físicos como mentales.
La Música y las Emociones
La música es
algo que nos ha acompañado siempre, es un lenguaje, es un medio de comunicación
o expresión. La música nos ayuda a sentirnos unidos, para celebrar, para vivir
momentos especiales, etc. La neurociencia nos está explicando cómo funciona el cerebro ante estímulos musicales, tenemos que
pensar que la música es una combinación de sonidos que son interpretados de
manera distinta y a partir de aquí se activan una serie de hormonas y
neurotransmisores que nos provocan emociones y estados de conciencia.
Jesús Pujol, del Instituto de Alta Tecnología de Barcelona, llevó a cabo una investigación en la cual, por medio de una resonancia magnética se dio cuenta que se activan más zonas neuronales en un músico que en el que no es.
Realizó esta
prueba a una violinista profesional y a una persona que no tenía ningún tipo de
entrenamiento musical. La violinista oía la música y la cantaba por dentro y a
la vez la reproducía mentalmente con sus dedos.
Zarorre ha sido el primero en localizar en el cerebro las respuestas emocionales ante la música. Trabajó con un grupo de estudiantes a los cuales se les realizaron tomografías mientras escuchaban piezas musicales y que resultaban ser estimulantes para el sistema límbico, mismo que provoca emociones. El sistema límbico también se activa cuando comemos, tenemos sexo o cuando se consumen drogas.
Se siguen estudiando los efectos de la música en diferentes enfermedades, como Parkinson, Alzheimer, afasia, parálisis, lesiones cerebrales y otros males neurológicos. Se dice que toda enfermedad tiene una solución musical. Se ha demostrado que gracias a la música muchos pacientes con diferentes enfermedades muestran un gran avance.
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