ARCÁNGEL ZADQUIEL

“Justicia de Dios”

Príncipe de las Dominaciones, auxiliar en las emergencias y procesos que implican un juicio.

Es el Príncipe de la profecía y de la inspiración, unido a las artes y la docencia. Trae ideas trasformadoras para concretar las metas de personas  débiles y desanimadas. Lleva un pergamino.

La influencia de Zadkiel se hace sentir en el momento en que estamos transitando por situaciones penosas, ya que su misión es la de alcanzarnos el perdón y llevar nuestras cargas espirituales. Desata la verdad. 

Promueve nuestra capacidad de perdonar, la transmutación, la misericordia, la compasión, el arrepentimiento. Disminuye los poderes exagerados de algunas personas. 

Este arcángel vibra bajo la luz del rayo de color violeta. Su día es el sábado.

Son sus virtudes la transmutación, el perdón, la compasión, la misericordia.

Al arcángel Zadquiel se le invoca cuando se hace necesario un cambio en situaciones o con personas negativas.

Alegoría del Arcángel Zadquiel

“Te doy la tarea más difícil. Te pido que enseñes a los seres humanos
la misericordia y la justicia divina. Tu trabajo no es simple ya que deberás luchar contra la incomprensión de los seres humanos por mi Creación, pero encontrarás muchos seres que aspiran a comprender la razón de mi creación y se aproximaran pidiéndote ayuda, esta es la misión, hacer que el ser humano empiece a ser consciente de Mi Creación. Por eso te doy el don de la transmutación, para que ayudes a la humanidad a acercarse a la Fuente Divina”

Oración

¡Oh! Señor, acudimos confiados

a Tu Divina potestad para que en

mérito a Tu infinita muestra de amor

de Padre y Protector dispongas que

el Arcángel Zadkiel proteja como,

ayer, hoy y siempre a la indefensa

humanidad, especialmente a los niños.

Que el espíritu maligno sea definitivamente

aniquilado y que el amor reine entre nosotros

así como Tu amor se nos manifiesta pleno e

inagotable.

Amén.

Podemos pedirle: Liberación espiritual, Psicológica, mental y emocional. Disolución de recuerdos dolorosos. Hallar la liberación y la armonía interna, dentro de nosotros mismos. Felicidad en nuestra vida, encontrando el perdón, el sentido de la justicia divina y la tolerancia. Eliminar el pesimismo y los pensamientos negativos o derrotistas. Liberación y superación de nuestros limitantes para lograr la feliz realización de nuestro ser interno. Los recuerdos negativos, pueden ser una de las cosas más difíciles de superar, afectan la forma en que nos relacionamos con otras personas y como pensamos de nosotros mismos. Estos recuerdos ni siquiera tienen que estar en nuestra mente consciente para constituirse en una limitante; pueden estar bajo la superficie, pero siguen influyendo en nuestra manera de ver y entender las cosas y en nuestro comportamiento y actitudes. Zadquiel y los ángeles de la alegría y la liberación pueden ayudarnos con esos malos recuerdos. En la tradición judía, a Zadquiel se le conoce como el ángel de la benevolencia, la misericordia y la memoria. Él y sus ángeles pueden ayudarnos a usar la llama violeta, la llama de Dios que vibra a la frecuencia más alta, para disolver los recuerdos que nos impiden desarrollar el máximo potencial humano y espiritual.

La luz violeta nos proporciona libertad, alegría, realización, liberándonos de comportamientos limitantes. Pueden ayudarnos a superar nuestras ideas de dolor, sufrimiento y todo aquello que nos limite en la búsqueda del mejoramiento de nuestra calidad de vida. Usualmente hemos utilizado mal la energía que nos viene del Padre, bloqueándola mediante pensamientos y sentimientos negativos. La mala energía nos oprime e impide que nos unamos a nuestro Padre. Invocando la luz violeta mediante los decretos al arcángel Zadquiel, podemos convertir la energía negativa en positiva. A esto se le llama transmutación. Como ha dicho Zadquiel: toda esta energía aprisionada debe hallar libertad por el poder de la luz violeta, al irradiar energía positiva te ves liberado, pudiendo entonces recibir más dones y bendiciones de los ángeles. La luz violeta puede ayudarnos a purificar el cuerpo de los residuos de drogas, agentes químicos y otros elementos que pueden perjudicar las funciones corporales. Visualización para meditar con el arcángel Zadquiel y sus ángeles: En estado de meditación, visualicemos la luz violeta saliendo desde el centro de nuestra cabeza, por la parte de encima, o desde la coronilla, la luz nos rodea, brilla a nuestro alrededor, se proyecta hacia fuera y adelante y se torna en una hoguera grande, podremos ver como los ángeles sacan de nuestro interior todo lo que pueda representar mala energía, preocupaciones, negativismo, inseguridad, pesimismo, falta de fe y muchas otras cargas emocionales, luego las arrojan a esa hoguera de luz violeta en donde se disuelven y transmutan en energía positiva que hace cada vez mas fuerte y brillante la luz, que vuelve a nosotros y nos llena de energía positiva, confianza, fe, valor, positivismo y optimismo. Decreto: Por el amor y la voluntad generosa del Padre Eterno, somos ilimitado Espíritu de Luz, somos percepción de la gloria y el poder del Padre. Somos percepción de la llama violeta que puede, por el poder del Altísimo, transmutar toda sustancia oscura en luz de pureza Celestial. Somos sentimiento de felicidad Divina. Somos libertad de la limitación, somos libertad del miedo, de la inquietud o la preocupación. Somos libertad Divina en manifestación, somos manifestación de la felicidad de Dios. Por el Amor y la Voluntad generosa del Padre Eterno, somos una llama de Liberación y Felicidad Divinas.

El Arcángel Zadquiel dice:

El arcángel zadquiel dice que si el mundo hoy día fuera capaz de aceptar la llama violeta transmutadora, la mayoría de los problemas que preocupan a los hombres del mundo se desvanecerían literalmente. Toda la energía aprisionada (pensamientos y sentimientos discordantes, envidias, rencores, etc.) deben encontrar la libertad por el poder de la llama violeta. Los hombres deben abrir sus consciencias y sus chakras para expandir la luz de dios, deben cesar de concederle poder a todas las cosas que los atañe que nunca los hará libres. ¡El fuego violeta es el regalo supremo de Dios al universo! La llama violeta es una llama física; de entre todas las llamas, la llama violeta esta mas cerca en acción vibratoria de los elementos químicos y los compuestos  de la tierra, por tanto, la llama violeta se puede combinar con cualquier átomo o molécula, cualquier partícula de la materia, electrón u onda de luz.

La llama violeta es un elixir que puedes absorber.

Dondequiera que se reúnen los estudiantes de los maestros ascendidos para invocar la llama violeta, se produce una mejora inmediata en las condiciones físicas. De la misma forma que un rayo de sol al pasar a través de un prisma se refracta en el arco iris de los siete colores de los rayos, así, mediante la consciencia del espíritu santo, la luz del cristo se refracta para el uso de la humanidad en los planos de la materia. Cada uno de los siete rayos es una fuerza concentrada y activadora de la luz de dios teniendo un color y una frecuencia específicos.

Cada rayo también se puede manifestar como una llama del mismo color y vibración. La aplicación de la llama violeta resulta en una acción específica de una cualidad del cristo en tu cuerpo, en tu alma, en tu mente y en tu corazón. Cuando en un acto de tu libre albedrío invocas la llama violeta con amor y entregas esas condiciones indeseadas y adversas a la llama, el fuego comienza instantáneamente el trabajo de romper partículas de sustancia que forman parte de la acumulación en masa de todas las encarnaciones por las que has pasado, incluyendo la presente.

Invocación

“Amado Arcángel Zadquiel, te invoco para que me ayudes a liberarme de la energía negativa que guardo en mi corazón, libérame del rencor y del dolor. Ayúdeme a perdonar y a olvidar las ofensas y la humillación. Zadquiel purifica mi corazón y llena mi alma de amor divino. Gracias Amado Ángel por ayudarme a perdonar”. Amén.

Amado Arcángel Zadquiel 

corta y libérame 

con tu espada de Luz Violeta 

toda cosa negativa 

que esté atrasando 

mi evolución 

y la de toda la humanidad.