viernes, 3 de junio de 2011

EL MANEJO DE LAS EMOCIONES


El manejo de las emociones lo podré alcanzar fácilmente si permito que las fuerzas más constructivas dentro de mí sean las que eligen la dirección de mis pensamientos.  
Una amiga que se sinceró consigo misma dijo: “Estoy más clara ahora. Ya sé que no quiero relacionarme con esta persona, pero me siento muy irresponsable y miserable por ser así.” Puedo distinguir dos voces diferentes dentro de ti: una que ve la luz y reconoce lo que se mueve en lo profundo de tu ser. Otra que menosprecia eso y te juzga por no adaptarte a ciertas “normas establecidas”. El manejo de las emociones empieza al permitirte ser muy sincero contigo mismo y revisar, desde lo más profundo de tu esencia, si eso que haces es armonioso con la vida que quieres vivir. Si no es armonioso, entonces – por respeto a ti mismo – reconócelo y construye a partir de allí. Pero no te entregues a creencias o sentimientos ajenos que te hacen sentir irresponsable y miserable por ser así.  
¿Quién domina en tu vida? ¿No ves lo que está pasando? Si en verdad quieres saber cómo manejar las emociones, pon atención. Primero te permites por un instante recibir la información desde tu esencia. Esta información trae una dirección que te libera y te fortalece. Que te da un respiro y una esperanza. Si te hubieras permitido construir a partir de allí, habrías diseñado un plan que tuviera en consideración a todas las personas involucradas y la manera más responsable de resolver esto, pero sin traicionarte. Pero ¡no! De inmediato, te acobardas y te juzgas, porque eso que viste (pensaste o sentiste) no se acomoda a los patrones aceptados por esa persona o por algunas creencias que tienes bien arraigadas. Traicionas a esa parte honesta y profunda que trae un mensaje liberador, para pasarte de bando al lado de esa vocesita enemiga que cree saberlo todo, inclusive lo que debes hacer y no hacer. Para aprender sobre el dominio de las emociones, primero aprendo quién me maneja a mí... ¿A cuál de esas voces vas a permitirle que dirija tu vida? No estoy hablando sólo del caso que nos ocupa en este momento, ni estoy hablando de la próxima semana. Te pregunto, en este y en todos los casos: ¿A cuál de las voces interiores vas a permitirle que dirija el destino del resto de tu vida? ¿Qué parte tuya será la que manda en el manejo de las emociones? ¿La que te aprisiona o la que te libera? “¡Ay qué susto me da esto! No sé cómo manejar las emociones que me saltan por todos lados". "Siento una fuerza desde adentro que me dice que tengo todo el derecho de sentir lo que siento. Pero por otro lado, oigo la voz de mi esencia que me advierte que no tengo ese derecho y que será una irresponsabilidad continuar.” Creo que le pusiste una etiqueta equivocada a esa voz que oyes. La voz de tu esencia buscaría lo mejor para ti, haría lo que fuera por tu felicidad y preferiría tu bienestar por encima incluso de lo “socialmente aceptable”. ¿Cierto? Esta voz autoritaria que oyes te está limitando, aprisionando y exigiendo que te ajustes a “lo que debe ser” aunque te haga infeliz. Yo diría que, cuando mucho, es la voz de tu enemigo interno. Esto es clave para entender el manejo de las emociones. Mi alma, mi esencia y todo lo sagrado y espiritual es pura energía positiva. Si lo que pienso y siento me limita, si me hace sentir que no tengo valor y que no tengo derecho, entonces no proviene de mi alma. Proviene de creencias que acepto como verdad. Pero esas creencias vienen de lo que he escuchado decir a personas con autoridad a lo largo de mi crecimiento. Esas personas podrán haber dicho eso con muy buena intención y puede haber sido una verdad para ellos, pero es obvio que a mí, esa “verdad” me aplasta y me disminuye en este momento.  
¿Qué dirección elijo? Has llegado al punto en que te toca hacer una elección: ¿A cuál de las voces interiores vas a permitirle que dirija el destino del resto de tu vida? “Sí, sí, ya lo decidí. Voy a seguir la voz de mi esencia, esa que siento que con amor me dice lo que es armonioso y lo que no." "Pero entonces, ¿cómo resuelvo este asunto con esa persona, para no maltratarla?” ¡Qué diferencia! Ahora siento que te estás construyendo y que te estás respetando. Me parece que con esperanza, sabiduría y responsabilidad estás queriendo solucionar esto que te agobia. Ya pronto estará todo más claro y encontrarás varias opciones buenísimas para acomodar el asunto con esa persona. De paso, en esta dirección el manejo de las emociones te resultará cada vez más sencillo.  

El camino que me construye. Por ahora, permítete sentir hacia adónde te lleva esta intención. ¿Sientes que esta apertura con tu esencia te da fuerza, te inspira y alienta a construirte? “¡Sííí! Siento una alegría que me brota desde adentro y que me unifica." "Siento como si esto fuera un nuevo comienzo. Me estoy dando la oportunidad de vivir como en verdad yo quiero vivir mi vida.” Por allí es. Ahora sí siento que esa es la voz de tu esencia. Desde allí el manejo de las emociones es fácil. Solamente te ocupas de generar tus pensamientos con la intención de liberarte y de construirte, y las emociones que esos pensamientos provocan son extraordinarias. ¿Puedes permitirte sentir como fluye tu energía con esta conexión? ¿Puedes sentir cómo vas teniendo más y más confianza en ti misma? “Esto es grandioso. Quiero sentir esto siempre.” ¿Puedes conectar con tu sabiduría interior? ¿Puedes resolver cómo manejar el asunto aquel con esa persona? “¡Esto es asombroso!" "Lo que pasa es que he tenido mucho miedo a lo que diga la gente. La solución es simple: No hay razón de que yo pierda para que esa persona se sienta complacida. No tengo más que decirle esto y se acabó." "No es desconsiderado ni inaceptable: es respetarme yo. Si ella y el resto de la gente lo entiende, bien. Si no, no me siento obligada.” ¿Y qué pasó con aquello que te hacía sentir muy irresponsable y miserable por ser así? “No, ya sé cómo es esto del manejo de las emociones. Depende de a cuál de mis voces interiores es a la que voy a permitirle dirigir mis pensamientos. Lo tengo claro ahora.”


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